Qué va mal: los lugares polvorientos obstruyen los filtros y aumentan la temperatura de funcionamiento. No solo la arena con polvo fino, los polvos de proceso (piedra, metal, madera, plásticos) y la suciedad general pueden restringir el flujo de aire de admisión e incluso bloquear el filtro de entrada. En entornos muy sucios, estas partículas pueden entrar en el compresor, acelerando el desgaste de los extremos de aire, las válvulas y los cojinetes. Esta contaminación también puede perjudicar el funcionamiento (válvulas atascadas, pérdida de rendimiento, calor anormal) y, en última instancia, causar fallos/averías.
Solución rápida: coloque la unidad lejos del polvo; selle las vías de fuga obvias; limpie/sustituya el filtro de admisión en un programa ajustado; considere una entrada remota a un área más limpia; añada prefiltros o separadores ciclónicos para el polvo; mantenga una limpieza estricta (barrer/aspirar, no soplar con aire comprimido).